viernes, 11 de julio de 2008

Belén Vences (Moncloa),12 años



EL CAMARERO DEL DÍA



Érase una vez un camarero que trabajaba en el gran mesón
La Pantalla.
Un día yendo al trabajo se encontró un diminuto reloj, se puso el reloj y siguió con su camino, pero al llegar al trabajo se le calló al suelo y una tímida vocecita dijo: Ay!
Entonces el camarero miró el reloj y encontró un diminuto duendecillo en él.
El duendecillo le dijo al camarero:
_ Soy el duende de la suerte a partir de ahora tendrás suerte.
Y era cierto porque que partir de ese momento todo fue suerte para el camarero pero este en vez de aprovecharse de ella, la utilizaba para ayudar a los demás.


1 comentario:

miguel magaña dijo...

me ha encantado este cuento ...la verdad es que me ha hecho refexionar sobre la vda y sobre los duendes y los relojes ....belen vences deberia seguir escribiendo
fdo: miguel magaña