Érase una vez un caballo que no sabía correr. Un día la vaca le vio al caballo triste y le preguntó ¿que te pasa? Pues que no se correr. Y la vaca le dijo que no pasaba nada. Después de unos días de entrenamiento el caballo aprendió a correr, entonces le dio las gracias y todos los días corría, corría con sus amigas y la vaca les veía y se reía, por la tarde le invitaba a comer y se hicieron muy amigos. Un día le invitó a dormir y la vaca le dijo que si y colorín colorado este cuento se ha acabado.
Samanta, 7 años
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